Nadie en su sano juicio, nadie con sentido común (que es el menos común de los sentidos); y que, además, ha vivido la experiencia de los meses pasados, la semana santa vizcarrista (que fue la exageración de una rpohibición sensata de las agomeraciones), al igual que la de sólo permitir la salida por sexos a lugares públicos (de anécdota, si no fuera por lo ridículo e iincreíble de una decisión gubernamental) podría aprobar una nueva decisión igual, de parte de Vizcarra y sus amigos. Lo peor es que no hay ninguna sanción para disparates como éstos. Se conseguirá mayores aglomeraciones los sábados y lunes; casi nadie lo hará notar, pues comunicadores y medios serían incapaces de "ofender" a sus muy generosos "patrocinadores".
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Nadie en su sano juicio, nadie con sentido común (que es el menos común de los sentidos); y que, además, ha vivido la experiencia de los meses pasados, la semana santa vizcarrista (que fue la exageración de una rpohibición sensata de las agomeraciones), al igual que la de sólo permitir la salida por sexos a lugares públicos (de anécdota, si no fuera por lo ridículo e iincreíble de una decisión gubernamental) podría aprobar una nueva decisión igual, de parte de Vizcarra y sus amigos. Lo peor es que no hay ninguna sanción para disparates como éstos. Se conseguirá mayores aglomeraciones los sábados y lunes; casi nadie lo hará notar, pues comunicadores y medios serían incapaces de "ofender" a sus muy generosos "patrocinadores".
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