Ante la aparición, en nuestro medio, de publicaciones de diverso tipo (que incluyen hasta costosas producciones cinematográficas) ensalzando actividades terroristas que causaron inmensos daños de todo tipo en nuestro país, hasta llevarlo casi al punto de la destrucción total, no puede haber otra posición que la de la protesta de la ciudadanía y de las instituciones nacionales, porque tanto sufrimiento y daño no sólo no debe olvidarse, sino que no se debe permitir que los remanentes de los grupos responsables usen la libertad de expresión para pretender engañar a los nuevos peruanos, que no vivieron todos esos hechos, y - mucho peor - empleando dineros del propio Estado. Esta nueva apología del terrorismo, y todos los responsables de ella, no deben quedar en la impunidad. Inmediatas investigación y sanciones.
Libertad de expresión, sí para todo lo noble y justo; no para la publicidad del mal, de la corrupción, de la delincuencia de toda clase (comenzando por el terrorismo que casi destruyó el país, peor que una nación enemiga dispuesta a exterminarnos). Y más grave cuando esto se hace con el dinero público. Todos los terroristas, que este gobierno o los pasados, se han permitido infiltrar, deben ser separados (las leyes no les permiten ser servidores públicos) y los responsables ser enjuiciados por su irresponsabilidad o complicidad.
2 comentarios:
Ante la aparición, en nuestro medio, de publicaciones de diverso tipo (que incluyen hasta costosas producciones cinematográficas) ensalzando actividades terroristas que causaron inmensos daños de todo tipo en nuestro país, hasta llevarlo casi al punto de la destrucción total, no puede haber otra posición que la de la protesta de la ciudadanía y de las instituciones nacionales, porque tanto sufrimiento y daño no sólo no debe olvidarse, sino que no se debe permitir que los remanentes de los grupos responsables usen la libertad de expresión para pretender engañar a los nuevos peruanos, que no vivieron todos esos hechos, y - mucho peor - empleando dineros del propio Estado. Esta nueva apología del terrorismo, y todos los responsables de ella, no deben quedar en la impunidad. Inmediatas investigación y sanciones.
Libertad de expresión, sí para todo lo noble y justo; no para la publicidad del mal, de la corrupción, de la delincuencia de toda clase (comenzando por el terrorismo que casi destruyó el país, peor que una nación enemiga dispuesta a exterminarnos). Y más grave cuando esto se hace con el dinero público. Todos los terroristas, que este gobierno o los pasados, se han permitido infiltrar, deben ser separados (las leyes no les permiten ser servidores públicos) y los responsables ser enjuiciados por su irresponsabilidad o complicidad.
Publicar un comentario