Se necesita ser un ignorante, lamentablemente, o un pícaro, para creer o vender el que una nueva Constitución, y quemar la actual, es necesario para traer la justicia, la prosperidad, el bienestar, el trabajo para todos, la salubridad, la educación y la felicidad; el fin de todos nuestros males.La actual Constitución Peruana, que ni han leído, y menos comprendido, nos trajo una enérgica recuperación económica no superada en América Latina; que se estancó y deterioró `por gobiernos incompetentes y corruptos de Humalas, PPK y Vizcarra. Se necesitaba cumplirla, y prevenir y castigar ejemplarmente la corrupción. En realidad, bastaría cumplir los diez mandamientos bíblicos o los dos evangélicos, para tener un mundo feliz. Sólo los demagogos piden a sus pueblos que les permitan rehacer las constituciones para "rehacer" el mundo. Las naciones más civilizadas y menos atrasadas suelen tener una sola constitución, con enmiendas pequeñas, cuando son necesarias.
La vacancia del Presidente no fue un "golpe", y menos, contra la democracia. Fue una decisión parlamentaria tomada en una reunión serena y con una votación que no dejó lugar a dudas, tanto que a la salida de Merino no se restituyó en el cargo al vacado, sino que se produjo una nueva elección por el Parlamento, fruto de la cual es Sagasti Presidente.
Una persona inteligente, en el Perú, no puede afirmar que la vacancia de Vizcarra como presidente fue un "golpe contra la democracia". Eso sería el más rotundo cinismo, y fue metido en los cerebros de muchísimos peruanos por una desusada y muy costosa publicidad. Hasta alguien como la Srta. del Río, alta autoridad en RPP, tuvo que admitir que, aún siendo muy cercana y queriendo a Vizcarra, éste había "robado" mucho y que estaría pronto en una prisión, antes que otros políticos enjuiciados. Igualmente, un peruano algo inteligente sabe muy bien que la Constitución vigente no debe ser desechada y cambiada por otra, que se pueden hacer algunas modificaciones, y sí las leyes pertinentes para que se aplique mejor; y que la gritería demagógica, furibunda y violentista es una forma más, reprobada por las mentes justas y lúcidas, de convulsionar a los ingenuos que quieren creer en hipócritas aprendices de Chávez y Maduro, como algunos que ya son sus subditos.
Que el "grupo de Puebla", sostenido por Maduro con el dinero que roba al ahora empobrecido pueblo venezolano, ataque la salida de Vizcarra del gobierno y quiera imponer la implantación una nueva Constitución en el Perú, no es otra cosa sino una muestra de lo que detestan cualquier progreso real para nuestro país, que anhelan la ruina de nuestras gentes y que quieren ver una vez más el éxodo de peruanos, tal como ahora somos testigos cotidianos del sufrimiento del pueblo venezolano por todos los países de América, huyendo del "paraíso" madurista. Que nuestros pobres "izquierdistas" sinceros y los"caviares" que aspiran a las suculentas satrapías posibles si alcanzan, en algún mal momento, el poder absoluto, abran sus entendimientos, borren sus rencores y se puedan arrepentir de su codicia y corrupción, sería un milagro de Navidad.
4 comentarios:
Se necesita ser un ignorante, lamentablemente, o un pícaro, para creer o vender el que una nueva Constitución, y quemar la actual, es necesario para traer la justicia, la prosperidad, el bienestar, el trabajo para todos, la salubridad, la educación y la felicidad; el fin de todos nuestros males.La actual Constitución Peruana, que ni han leído, y menos comprendido, nos trajo una enérgica recuperación económica no superada en América Latina; que se estancó y deterioró `por gobiernos incompetentes y corruptos de Humalas, PPK y Vizcarra. Se necesitaba cumplirla, y prevenir y castigar ejemplarmente la corrupción. En realidad, bastaría cumplir los diez mandamientos bíblicos o los dos evangélicos, para tener un mundo feliz. Sólo los demagogos piden a sus pueblos que les permitan rehacer las constituciones para "rehacer" el mundo. Las naciones más civilizadas y menos atrasadas suelen tener una sola constitución, con enmiendas pequeñas, cuando son necesarias.
La vacancia del Presidente no fue un "golpe", y menos, contra la democracia. Fue una decisión parlamentaria tomada en una reunión serena y con una votación que no dejó lugar a dudas, tanto que a la salida de Merino no se restituyó en el cargo al vacado, sino que se produjo una nueva elección por el Parlamento, fruto de la cual es Sagasti Presidente.
Una persona inteligente, en el Perú, no puede afirmar que la vacancia de Vizcarra como presidente fue un "golpe contra la democracia". Eso sería el más rotundo cinismo, y fue metido en los cerebros de muchísimos peruanos por una desusada y muy costosa publicidad. Hasta alguien como la Srta. del Río, alta autoridad en RPP, tuvo que admitir que, aún siendo muy cercana y queriendo a Vizcarra, éste había "robado" mucho y que estaría pronto en una prisión, antes que otros políticos enjuiciados. Igualmente, un peruano algo inteligente sabe muy bien que la Constitución vigente no debe ser desechada y cambiada por otra, que se pueden hacer algunas modificaciones, y sí las leyes pertinentes para que se aplique mejor; y que la gritería demagógica, furibunda y violentista es una forma más, reprobada por las mentes justas y lúcidas, de convulsionar a los ingenuos que quieren creer en hipócritas aprendices de Chávez y Maduro, como algunos que ya son sus subditos.
Que el "grupo de Puebla", sostenido por Maduro con el dinero que roba al ahora empobrecido pueblo venezolano, ataque la salida de Vizcarra del gobierno y quiera imponer la implantación una nueva Constitución en el Perú, no es otra cosa sino una muestra de lo que detestan cualquier progreso real para nuestro país, que anhelan la ruina de nuestras gentes y que quieren ver una vez más el éxodo de peruanos, tal como ahora somos testigos cotidianos del sufrimiento del pueblo venezolano por todos los países de América, huyendo del "paraíso" madurista. Que nuestros pobres "izquierdistas" sinceros y los"caviares" que aspiran a las suculentas satrapías posibles si alcanzan, en algún mal momento, el poder absoluto, abran sus entendimientos, borren sus rencores y se puedan arrepentir de su codicia y corrupción, sería un milagro de Navidad.
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