Parece que Sagasti y Bermúdez querían un Gabinete de obedientes autómatas a su entera disposición, y no a profesionales inteligentes, hábiles, morales y muy decentes. Si la culpa es del Presidente solo o de su Ministra mayor, es tema accesorio; ella también es elección privilegiada de él; y, por tanto, ambos comparten responsabilidades en este escándalo.
¿Qué pretende Sagasti con el nombramiento de no pocos ministros que no son respetables sino ante grupos particulares de ciudadanos, que se comportan de forma nada ejemplar, y que parecen servir sólo a sus intereses privados y a las ideologías para las que han trabajado largo tiempo? ¿Quiere, en verdad servir al Perú?
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Parece que Sagasti y Bermúdez querían un Gabinete de obedientes autómatas a su entera disposición, y no a profesionales inteligentes, hábiles, morales y muy decentes. Si la culpa es del Presidente solo o de su Ministra mayor, es tema accesorio; ella también es elección privilegiada de él; y, por tanto, ambos comparten responsabilidades en este escándalo.
¿Qué pretende Sagasti con el nombramiento de no pocos ministros que no son respetables sino ante grupos particulares de ciudadanos, que se comportan de forma nada ejemplar, y que parecen servir sólo a sus intereses privados y a las ideologías para las que han trabajado largo tiempo? ¿Quiere, en verdad servir al Perú?
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