Es muy grave que nuestros gobernantes, a lo largo de la presente pandemia, no han sabido que en ella era imprescindible reconocer que se debía cortar la transmisión del coronavirus todo lo que fuera posible, mientras se esperaba vacunar a la población en su gran mayoría en cuanto fuera posible; aparte de tratar a los enfermos tan pronto y lo mejor que fuera posible. Nada de eso se hizo realidad, sino parcialmente con imprevisión, desidia, carencia de sentimientos humanitarios y corrupción. Esta segunda ola comenzó porque Vizcarra, desesperado por su vacancia, con sus aliados todos (hasta los terroristas) sacó a las calles a mucha gente a "marchar"en lo que constituyó una verdadera rebelión y enfrentamiento a la policía. De allí en adelante creció esta ola, mucho más gravemente que la primera, y no se enfrenta caabalmente las causas ni se tienen las vacunas.
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Es muy grave que nuestros gobernantes, a lo largo de la presente pandemia, no han sabido que en ella era imprescindible reconocer que se debía cortar la transmisión del coronavirus todo lo que fuera posible, mientras se esperaba vacunar a la población en su gran mayoría en cuanto fuera posible; aparte de tratar a los enfermos tan pronto y lo mejor que fuera posible. Nada de eso se hizo realidad, sino parcialmente con imprevisión, desidia, carencia de sentimientos humanitarios y corrupción. Esta segunda ola comenzó porque Vizcarra, desesperado por su vacancia, con sus aliados todos (hasta los terroristas) sacó a las calles a mucha gente a "marchar"en lo que constituyó una verdadera rebelión y enfrentamiento a la policía. De allí en adelante creció esta ola, mucho más gravemente que la primera, y no se enfrenta caabalmente las causas ni se tienen las vacunas.
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