Comentario del evangelio del Domingo VI de Pascua, tiempo ordinario A, domingo 14 de mayo.
5 comentarios:
Anónimo
dijo...
Por la libertad de que Dios nos ha dotado, no somos robots de nuestro Creador. Tenemos, por consiguiente la opción de amarlo y seguirlo, o de rechazarlo. Por ello es que seremos juzgados.
El Creador merece el amor de sus creaturas, a las que dotó de libertad; y, por este amor, el acatamiento de sus mandamientos. De otra manera, sólo seríamos robots sin libertad.
Dios entregó a los humanos libre albedrío, para que decidan entre los caminos del bien o del mal, del amor o del pecado, de la libertad o del libertinaje.
5 comentarios:
Por la libertad de que Dios nos ha dotado, no somos robots de nuestro Creador. Tenemos, por consiguiente la opción de amarlo y seguirlo, o de rechazarlo. Por ello es que seremos juzgados.
Eso que usted menciona es el libre albedrío. El fin de libertad es el amor de Dios, es hacer el bien; lo contrario del libertinaje.
El Creador merece el amor de sus creaturas, a las que dotó de libertad; y, por este amor, el acatamiento de sus mandamientos. De otra manera, sólo seríamos robots sin libertad.
Dios entregó a los humanos libre albedrío, para que decidan entre los caminos del bien o del mal, del amor o del pecado, de la libertad o del libertinaje.
Todos fuimos hechos para la salvación, y Dios quiere que así sea. Por eso, siempre espera que nos reconciliemos con Él en caso de haberle fallado.
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