No estaba en el Cristianismo, la tradición del Árbol de frondosidad perenne, como parte de las costumbres nórdicas europeas, hasta ser adaptada para ellos por un Misionero Cristiano, San Bonifaz. La tradición se fue extendiendo hacia el sur de Europa, como de América, después de la Segunda Guerra Mundial (al Perú llegaron los primeros árboles artificiales y sus adornos, para la Navidad de 1945, Y para el Vaticano, la Plaza de San Pedro precisamente, en 1982, durante el Papado de Juan Pablo II, si mal no recuerdo.
La incorporación del Árbol de Navidad a las costumbres del mundo latino europeo e ibero-americano, durante el último medio siglo, y las interpretaciones y simbolismos que se le aplican, no debiera conducirnos s dejar de lado la tradición de los besebres, belenes o nacimientos, tan bella y propia de nuestras costumbres; y, hasta más bien debiérase impulsar su uso familiar y en lugares públicos (comenzando por los templos) en el mundo anglosajón.
4 comentarios:
No estaba en el Cristianismo, la tradición del Árbol de frondosidad perenne, como parte de las costumbres nórdicas europeas, hasta ser adaptada para ellos por un Misionero Cristiano, San Bonifaz. La tradición se fue extendiendo hacia el sur de Europa, como de América, después de la Segunda Guerra Mundial (al Perú llegaron los primeros árboles artificiales y sus adornos, para la Navidad de 1945, Y para el Vaticano, la Plaza de San Pedro precisamente, en 1982, durante el Papado de Juan Pablo II, si mal no recuerdo.
Con todo este simbolismo cristiano, el árbol navideño ya está incorporado permanentemente a la Navidad Católica
Bonito el significado que se la daado al Arbol de Navudad. Ahora, hay que difunditlo para que el gran público lo seoa.
La incorporación del Árbol de Navidad a las costumbres del mundo latino europeo e ibero-americano, durante el último medio siglo, y las interpretaciones y simbolismos que se le aplican, no debiera conducirnos s dejar de lado la tradición de los besebres, belenes o nacimientos, tan bella y propia de nuestras costumbres; y, hasta más bien debiérase impulsar su uso familiar y en lugares públicos (comenzando por los templos) en el mundo anglosajón.
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