Pareciera no muy fácil establecer su origen histórico. Se reconoce que los pueblos primtivos del norte de Europa admiraban a los árboles de ojas verdes permanentes, aún durante el invierno. Ello motivó una es pecie de veneración por ellos. Con la llegada del Cristianismo, ello sirvió para que se iniciara una celebración del Paraíso terrenal, adornándolo con manzanas; y que San Bonifacio le añadiera velas que le daban una bella iluminación, y sirviera para alegrar las obscuras noches de la época navideña. Un príncipe alemán casado con la reina de Inglaterra, llevó la costumbre a este país. Y, más tarde, de allí saltó a las colonias inglesas en América del norte. y; más tarde, a todo el resto del mundo, al final de la Segunda Guerra Mundial, bajo la influencia norteamericana. Finalmente, llegó al Vaticano, durante el Papado de Juan Pablo II. iluminaran
Me satisface mucho esta últimaexplicación, que recopila todo lo que se conoce al respecto, desde la admiración por los "ever green" de las regiones nórdicas de Europa (y América), y su adopción por los misioneros n´llegados a esas tierras, y su difusión por el mundo. Hubo, durante muchos años, un cierto rechazo a su adopción por los países del sur de Europa, quizá debido a que era muy popular entre los países protestantes. Su atractivo, como las interpretaciones cristianas de él, facilitaron su difusión, hasta que la llegada de Juan Pablo II, le abrió las puertas del Vaticano, y muchos templos católicos, durante la Navidad.
Un tema muy interesante. , Tocavía recuerdo, cuando en mi lejana niñwz, había en nuestro medio, rechazo al Árbol Navideño porque se le consideraba lago extraño a muestras tradiciones, más bien propio del protestantismo, enemigo de nuestro Nacimiento o Belén.
3 comentarios:
Pareciera no muy fácil establecer su origen histórico. Se reconoce que los pueblos primtivos del norte de Europa admiraban a los árboles de ojas verdes permanentes, aún durante el invierno. Ello motivó una es pecie de veneración por ellos. Con la llegada del Cristianismo, ello sirvió para que se iniciara una celebración del Paraíso terrenal, adornándolo con manzanas; y que San Bonifacio le añadiera velas que le daban una bella iluminación, y sirviera para alegrar las obscuras noches de la época navideña. Un príncipe alemán casado con la reina de Inglaterra, llevó la costumbre a este país. Y, más tarde, de allí saltó a las colonias inglesas en América del norte. y; más tarde, a todo el resto del mundo, al final de la Segunda Guerra Mundial, bajo la influencia norteamericana. Finalmente, llegó al Vaticano, durante el Papado de Juan Pablo II.
iluminaran
Me satisface mucho esta últimaexplicación, que recopila todo lo que se conoce al respecto, desde la admiración por los "ever green" de las regiones nórdicas de Europa (y América), y su adopción por los misioneros n´llegados a esas tierras, y su difusión por el mundo. Hubo, durante muchos años, un cierto rechazo a su adopción por los países del sur de Europa, quizá debido a que era muy popular entre los países protestantes. Su atractivo, como las interpretaciones cristianas de él, facilitaron su difusión, hasta que la llegada de Juan Pablo II, le abrió las puertas del Vaticano, y muchos templos católicos, durante la Navidad.
Un tema muy interesante. , Tocavía recuerdo, cuando en mi lejana niñwz, había en nuestro medio, rechazo al Árbol Navideño porque se le consideraba lago extraño a muestras tradiciones, más bien propio del protestantismo, enemigo de nuestro Nacimiento o Belén.
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