Asistimos a un ataque brutal, no casual, coordinado por el corrupto marxismo castro-chavista, hoy en manos de Maduro, para arruinar lo que había de progreso hacia el desarrollo y la democracia en Sudamérica. Contra Chile, Ecuador, Argentina, Bolivia (apoyando a Morales), y todos los otros países que no le apoyan. Y contra el Perú, que llevaba un crecimiento sostenido, a pesar de la ineptitud y de la afiliación humalo-herediana a Maduro, y que ahora empeora por el desafortunado salto de Vizcarra al poder y la complicidad con otros corruptos y oportunistas maduristas. Nada de todo esto es casual; existe una urdimbre extensa sostenida con el dinero venezolano que se le niega a su pueblo, el que desesperado se ve forzado al exilio multitudinario.
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Asistimos a un ataque brutal, no casual, coordinado por el corrupto marxismo castro-chavista, hoy en manos de Maduro, para arruinar lo que había de progreso hacia el desarrollo y la democracia en Sudamérica. Contra Chile, Ecuador, Argentina, Bolivia (apoyando a Morales), y todos los otros países que no le apoyan. Y contra el Perú, que llevaba un crecimiento sostenido, a pesar de la ineptitud y de la afiliación humalo-herediana a Maduro, y que ahora empeora por el desafortunado salto de Vizcarra al poder y la complicidad con otros corruptos y oportunistas maduristas. Nada de todo esto es casual; existe una urdimbre extensa sostenida con el dinero venezolano que se le niega a su pueblo, el que desesperado se ve forzado al exilio multitudinario.
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