Como fruto de la crisis espiritual, moral, de materialismo y hedonismo desenfrenados; corroido por la corrupción más escandalosa que hayamos vivido, un país insuficientemente educado, desconcertado y desorientado por una abrumadora publicidad de un poder ejecutivo manejado por ambiciosos de poder absoluto y dictatorial, con fines nada nobles ni patrióticos, ha contemplado impasible y hasta indiferente como la constitución ha sido pisoteada y los otros poderes estatales avasallados e igmnorados. Por ello es bienvenida y deseada la palabra de los líderes espirituales y morales de la nación, como el Cardenal Cipriani, aunque sean muy pocos los que la escuchen. El Señor de los Milagros proteja a esta pobre patria nuestra, y la libre de tanto perverso y corrupto que ambiciona dominarla.
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Como fruto de la crisis espiritual, moral, de materialismo y hedonismo desenfrenados; corroido por la corrupción más escandalosa que hayamos vivido, un país insuficientemente educado, desconcertado y desorientado por una abrumadora publicidad de un poder ejecutivo manejado por ambiciosos de poder absoluto y dictatorial, con fines nada nobles ni patrióticos, ha contemplado impasible y hasta indiferente como la constitución ha sido pisoteada y los otros poderes estatales avasallados e igmnorados. Por ello es bienvenida y deseada la palabra de los líderes espirituales y morales de la nación, como el Cardenal Cipriani, aunque sean muy pocos los que la escuchen. El Señor de los Milagros proteja a esta pobre patria nuestra, y la libre de tanto perverso y corrupto que ambiciona dominarla.
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