Tanto sufrimiento, tantas muertes, tanto dolor en los sobrevivientes, tanta penUria en los familiares, tanto daño material, económico, MORAL y social, y que no han terminado todavía, que durarán muchos meses más, no se arreglan con unas cuantas recomendaciones. Debemos vivir un duelo prolongado, una reflexión nacional muy seria sobre cómo nos ha pasado todo esto; encontrar el penoso camino de la reconstrucción nacional después de esta gran catástrofe para que algo semejante no vuelva a suceder. Que nos engatusen con el cuento de que ya todo el mal ya está terminando, porque "ya tenemos la vacuna, gracias al gobierno". Y, por favor, no debemos esperar el juicio, de la historia o el de Dios, para todos los responsables de tanto daño y penuria. Basta de aventurerismo y de corrupción en la conducción del Perú. La historia ya nos ha dado muchas lecciones amargas, y esta es una de las peores; y no hemos aprendido todavía. ¡Aprendamos de una vez!
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Tanto sufrimiento, tantas muertes, tanto dolor en los sobrevivientes, tanta penUria en los familiares, tanto daño material, económico, MORAL y social, y que no han terminado todavía, que durarán muchos meses más, no se arreglan con unas cuantas recomendaciones. Debemos vivir un duelo prolongado, una reflexión nacional muy seria sobre cómo nos ha pasado todo esto; encontrar el penoso camino de la reconstrucción nacional después de esta gran catástrofe para que algo semejante no vuelva a suceder. Que nos engatusen con el cuento de que ya todo el mal ya está terminando, porque "ya tenemos la vacuna, gracias al gobierno". Y, por favor, no debemos esperar el juicio, de la historia o el de Dios, para todos los responsables de tanto daño y penuria. Basta de aventurerismo y de corrupción en la conducción del Perú. La historia ya nos ha dado muchas lecciones amargas, y esta es una de las peores; y no hemos aprendido todavía. ¡Aprendamos de una vez!
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