Los peruanos sólo recibimos malas notiias, una tras otra: en el desventurado y pésimo manejo (aparte de corrupto) de la epidemia del coronavirus, como de la tambiés desafortunada conducción de la economía del país (agravada además, no faltaba menos, por la corrupción). Para agravar las consecuencias éticas y morales de todo esto, los responsables, amigos íntimos del infausto gobernante accidental, siguen recibiendo más que jugosas y nada corrientes prebendas, dentro y fuera del país. Ayer, el Presidente del Consejo de Ministros, entre otras cosas, afirmó lo quw, a su juicio creía una respuesta digna de Salomón: noy ni antiminero ni prominero (o sea, no me importa nada la minería, que el Perú siga siendo el mendigo sentado en un banco de oro).No muestran ni rastro de decencia alguna.
Es duro y lamentable decirlo, pero nuestros gobernantes no parece que anhelen conseguir la recuperación, ni el crecimiento y la prosperidad del Perú. Muy al contrario, parecieran satisfechos al ver la destrucción humana y material de su patria, premian a todos sus incompetentes colaboradores. Pareciera que, más bien quieren llegar a la sima del abismo creado, para "construir" su propio "paraíso" a imagen castro-chavista.
Lejos de angustisr y preocupar esta situación a nuestros gobernantes; más bien parecieran complacidos, al igual que con lo que ocurre, también obra suya, en el campo sanitario. Los colaboradores de estas catástrofes, dejan unos cargos para pasar a ocupar otros, igualmente o mejor remunerados, "por los servicios prestados" a la pobre patria.
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Los peruanos sólo recibimos malas notiias, una tras otra: en el desventurado y pésimo manejo (aparte de corrupto) de la epidemia del coronavirus, como de la tambiés desafortunada conducción de la economía del país (agravada además, no faltaba menos, por la corrupción). Para agravar las consecuencias éticas y morales de todo esto, los responsables, amigos íntimos del infausto gobernante accidental, siguen recibiendo más que jugosas y nada corrientes prebendas, dentro y fuera del país. Ayer, el Presidente del Consejo de Ministros, entre otras cosas, afirmó lo quw, a su juicio creía una respuesta digna de Salomón: noy ni antiminero ni prominero (o sea, no me importa nada la minería, que el Perú siga siendo el mendigo sentado en un banco de oro).No muestran ni rastro de decencia alguna.
Es duro y lamentable decirlo, pero nuestros gobernantes no parece que anhelen conseguir la recuperación, ni el crecimiento y la prosperidad del Perú. Muy al contrario, parecieran satisfechos al ver la destrucción humana y material de su patria, premian a todos sus incompetentes colaboradores. Pareciera que, más bien quieren llegar a la sima del abismo creado, para "construir" su propio "paraíso" a imagen castro-chavista.
Lejos de angustisr y preocupar esta situación a nuestros gobernantes; más bien parecieran complacidos, al igual que con lo que ocurre, también obra suya, en el campo sanitario. Los colaboradores de estas catástrofes, dejan unos cargos para pasar a ocupar otros, igualmente o mejor remunerados, "por los servicios prestados" a la pobre patria.
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