Esto muestra, una vez más, que estas gentes actúan no civilizadamente, sino movidas por el odio, el fanatismo más ciego y brutal, como por la carencia de espíritu democrático. Pobre el país en que aparezcan.
Estos perversos y criminales, que se consideran "políticos" en el peor sentido que la palabra pudiera tener, representan un marxismo ya superado en otros lugares del mundo menos en nuestra América del Sur, en dónde han traído sólo crímenes, destrucción, corrupción, masas exiliadas por el hambre y la más extrema miseria y un grandísimo sufrimiento, como ya sucediera en el Perú y hoy le ha tocado vivir a Venezuela. Y estos pobres y desventurados dementes no se dan cuenta de lo que hacen, ni de cómo sus dirigentes saquean sus países con la cleptocracia más desbocada.
Ningún pueblo debe sufrir la violencia criminal como medio de acción política, ejercida por una minoría delicuencial, contra la voluntad de una real mayoría pacífica y civilizada. Todas las naciones civilizadas, tanto vecinas como del mundo entero, deben protestar por este estado de cosas y respaldar al gobierno legítimo.
4 comentarios:
Esto muestra, una vez más, que estas gentes actúan no civilizadamente, sino movidas por el odio, el fanatismo más ciego y brutal, como por la carencia de espíritu democrático. Pobre el país en que aparezcan.
Estos perversos y criminales, que se consideran "políticos" en el peor sentido que la palabra pudiera tener, representan un marxismo ya superado en otros lugares del mundo menos en nuestra América del Sur, en dónde han traído sólo crímenes, destrucción, corrupción, masas exiliadas por el hambre y la más extrema miseria y un grandísimo sufrimiento, como ya sucediera en el Perú y hoy le ha tocado vivir a Venezuela. Y estos pobres y desventurados dementes no se dan cuenta de lo que hacen, ni de cómo sus dirigentes saquean sus países con la cleptocracia más desbocada.
Ningún pueblo debe sufrir la violencia criminal como medio de acción política, ejercida por una minoría delicuencial, contra la voluntad de una real mayoría pacífica y civilizada. Todas las naciones civilizadas, tanto vecinas como del mundo entero, deben protestar por este estado de cosas y respaldar al gobierno legítimo.
Ninguna protesta o reclamo, por legítimo que fuere, debiera manifestarse de manera criminal. Se desvirtúa y pierde legitimidad.
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