En verdad, vivimos tiempos muy difìciles. Estamos enfrentando una crisis espiritual y moral, en la que nila más elemental ley natural se quiere respetar.
Este inhumano, increible y abominable crimen, es fruto no de la discrepancia política, sino de un demoniaco y perverso odio visceral a quien pretenda enseñar el respeto a la vida que Dios nos ha regalado. Y, esto es la natural consecuencia de la pérdida de todo valor superior, que se logró infiltrar en una pobre y pervertida mente juvenil. El delito debe ser pagado, no sólo por el ejecutor, sino también por quienes lo pervirtieron e indujeron a cometerlo.
4 comentarios:
Me parece que hasta se podria precisar que se trata mas de una crisis espiritual que politica.
Añadirïa que es algo mucho más grave, una crisis de la actual civilización.
En verdad, vivimos tiempos muy difìciles. Estamos enfrentando una crisis espiritual y moral, en la que nila más elemental ley natural se quiere respetar.
Este inhumano, increible y abominable crimen, es fruto no de la discrepancia política, sino de un demoniaco y perverso odio visceral a quien pretenda enseñar el respeto a la vida que Dios nos ha regalado. Y, esto es la natural consecuencia de la pérdida de todo valor superior, que se logró infiltrar en una pobre y pervertida mente juvenil. El delito debe ser pagado, no sólo por el ejecutor, sino también por quienes lo pervirtieron e indujeron a cometerlo.
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