La incompetencia y los delitos de corrupción de Vizcarra, lo han precipitado en el apoyo de militares oportunistas y codiciosos de poder, quienes lo están manipulando a cambio de "protección". ¡Que pena por el Perú!
Vizcarra, con todo su turbio pasado, incapaz de gobernar con talento, al igual que de no poder utilizar el gobierno provechosamente para sus ambiciones de ejercicio corrupto; buscó el apoyo de militares con dominio sobre sus pares y afines a sus intenciones. Con este respaldo es que pudo dar el golpe por el que disolvió el parlamento, y con el cual se mantiene en el cargo; su cada día más manifiesta debilidad y dependencia de ellos es creciente, por lo que le es necesaria la compañía castrense, hasta adquirir evidente dominio del consejo ministerial (y hasta su cabeza). Vivimos no un golpe militar tradicional, ni tampoco uno institucional; más bien, un puñado de oficiales influyentes, con ambición de poder (con todo lo que ello puede implicar) maneja a Vizcarra (y el Estado), al que utiliza como mascarón de proa, por lo que lo sostienen y-defienden, por ahora. No se sabe el posible devenir futuro de los acontecimientos. ,
Signo de la inseguridad creciente de Vizcarra sobre su permanencia en el cargo es su dependencia cada vez mayor en militares retirados, hasta el punto de hacer recaer la presidencia del Consejo de Ministros en uno de ellos. Quizá piense que éstos deben contar con la simpatía y confianza de sus ex-colegas que todavía desempeñan los más altos cargos al frente de las fuerzas armadas, lo que ha llevado a que lleguen a hablan en nombre de ellas.
3 comentarios:
La incompetencia y los delitos de corrupción de Vizcarra, lo han precipitado en el apoyo de militares oportunistas y codiciosos de poder, quienes lo están manipulando a cambio de "protección". ¡Que pena por el Perú!
Vizcarra, con todo su turbio pasado, incapaz de gobernar con talento, al igual que de no poder utilizar el gobierno provechosamente para sus ambiciones de ejercicio corrupto; buscó el apoyo de militares con dominio sobre sus pares y afines a sus intenciones. Con este respaldo es que pudo dar el golpe por el que disolvió el parlamento, y con el cual se mantiene en el cargo; su cada día más manifiesta debilidad y dependencia de ellos es creciente, por lo que le es necesaria la compañía castrense, hasta adquirir evidente dominio del consejo ministerial (y hasta su cabeza). Vivimos no un golpe militar tradicional, ni tampoco uno institucional; más bien, un puñado de oficiales influyentes, con ambición de poder (con todo lo que ello puede implicar) maneja a Vizcarra (y el Estado), al que utiliza como mascarón de proa, por lo que lo sostienen y-defienden, por ahora. No se sabe el posible devenir futuro de los acontecimientos. ,
Signo de la inseguridad creciente de Vizcarra sobre su permanencia en el cargo es su dependencia cada vez mayor en militares retirados, hasta el punto de hacer recaer la presidencia del Consejo de Ministros en uno de ellos. Quizá piense que éstos deben contar con la simpatía y confianza de sus ex-colegas que todavía desempeñan los más altos cargos al frente de las fuerzas armadas, lo que ha llevado a que lleguen a hablan en nombre de ellas.
Publicar un comentario