Comentario del evangelio del IV Domingo de Adviento, tiempo ordinario C, domingo 22 de diciembre.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
Como uno de los frecuentes lectores, y usuarios, ni antiguos ni nuevos, de este Blog del Dr. Agustín Sialer, había estado notando que el número de visitantes estaba llegando a una cantidad ya cercana al público de unos quince estadios importantes del mundo, pero hoy veo que ya la sobrepasó largamente. Un obsequio navideño significativo para tan noble como desinteresada y abnegada labor. Dr. Sialer, mis sinceras congratulaciones, gratitud y mis mejores deseos, para Ud. y su familia en esta Navidad. Y, como se suele decir, ¡que Dios se lo pague, como sólo Él puede hacerlo.
No suelo, al igual que la inmensa mayoría, escribir. Pero al ver los afectuosos saludos y reconocimientos de algunos otros de sus seguidores, sólo quisiera decirle que me pongo de pie para poder mostrar, juntoa ellos y a los que no puedan escrirle, mis mayores reconocimiento, afecto y gratitud. Dios lo bendiga, en esta Navidad y siempre.
Me sumo a las manifestaciones de gratitud y de congratulaciones por la obra hecha tan laboriosa, noble y desinteresadamente. Muy feliz Navidad, Dr. Sialer; y que el Señor lo bendiga y retribuya, por nosotros.
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Como uno de los frecuentes lectores, y usuarios, ni antiguos ni nuevos, de este Blog del Dr. Agustín Sialer, había estado notando que el número de visitantes estaba llegando a una cantidad ya cercana al público de unos quince estadios importantes del mundo, pero hoy veo que ya la sobrepasó largamente. Un obsequio navideño significativo para tan noble como desinteresada y abnegada labor. Dr. Sialer, mis sinceras congratulaciones, gratitud y mis mejores deseos, para Ud. y su familia en esta Navidad. Y, como se suele decir, ¡que Dios se lo pague, como sólo Él puede hacerlo.
No suelo, al igual que la inmensa mayoría, escribir. Pero al ver los afectuosos saludos y reconocimientos de algunos otros de sus seguidores, sólo quisiera decirle que me pongo de pie para poder mostrar, juntoa ellos y a los que no puedan escrirle, mis mayores reconocimiento, afecto y gratitud. Dios lo bendiga, en esta Navidad y siempre.
Me sumo a las manifestaciones de gratitud y de congratulaciones por la obra hecha tan laboriosa, noble y desinteresadamente. Muy feliz Navidad, Dr. Sialer; y que el Señor lo bendiga y retribuya, por nosotros.
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