Es conmovedor observar a un puñado de hombres católicos, asistir a un lugar público, por la convocatoria hecha por los organizadores, para rezar el Rosario. Ojalá que este gesto, llegue a tocar el corazón de los viandantes, para que estos, a su vez, se muevan a orar - siquiera privadamente o dondequiera que se encuentres para elevar - a su vez - una pequeña oración.
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Es conmovedor observar a un puñado de hombres católicos, asistir a un lugar público, por la convocatoria hecha por los organizadores, para rezar el Rosario. Ojalá que este gesto, llegue a tocar el corazón de los viandantes, para que estos, a su vez, se muevan a orar - siquiera privadamente o dondequiera que se encuentres para elevar - a su vez - una pequeña oración.
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