No sólo en los Estados Unidos. La quiebra y pérdida de valores, religiosidad, de un elemntal respeto y valoración a sí mismos y a las demás personas (de todo sexo), a la familia y - por consiguiente - a los hijos, con todas las serias implicancias y obligaciones que todo ello acarrea, han llevado al fin de los hogares, los hijos abandonando los hogares paternos, tan pronto pueden para vivir solitariamente, con emparejamientos efímeros y sin compromiso,sin el menor deseo de la responsabilidad de constituir una formal ni - mucho menos - una failia. La consecuencia final ya es la crisis de la natalidad. y el remplazo de la población original por migrantes.
Si no hay matrimonios verdaderos, no habrá auténticas familias, y por consiguiente tampoco existirám hijos, y - consiguientemente - habrá un desplome de la batalidad m´ñas noble.
El desplome del matrimonio, una consecuencia de una verdadera deshumanización de la sociedad presente, en casi todas - o todas - las naciones, y que sufrimos actualmente, en todas las áreas de la existencia, tiene como una de sus manifestaciones la pérdida de todos los valores, y - por tanto consecutivamente - la casi real y extendida desaparición del auténtico Matrimonio, con todas sus consecuencias.
La deshumanización de la vida contemporánea, con la pérdida de valores y hasta de afectos verdaderos y serios, junto con la falta de compromiso, han conducido a las más recientes generaciones al egoismo y la total falta de compromiso, por lo que no se quiere el matrimonio, con todos sus lazos y ataduras, lo que se extiende al rechazo a la descendencia y a las obligaciones que conlleva. En otros grupos, más irresponsables, se evita el matrimonio, no hay ningún sentido de obligación y responsablidad para con los hijos, las que se dejan a la madre, y ésta - a su vez - puede elegir entre el aborto y el cuidado de la descendencia; terrible cuadro del tercer mundo.
5 comentarios:
No sólo en los Estados Unidos. La quiebra y pérdida de valores, religiosidad, de un elemntal respeto y valoración a sí mismos y a las demás personas (de todo sexo), a la familia y - por consiguiente - a los hijos, con todas las serias implicancias y obligaciones que todo ello acarrea, han llevado al fin de los hogares, los hijos abandonando los hogares paternos, tan pronto pueden para vivir solitariamente, con emparejamientos efímeros y sin compromiso,sin el menor deseo de la responsabilidad de constituir una formal ni - mucho menos - una failia.
La consecuencia final ya es la crisis de la natalidad. y el remplazo de la población original por migrantes.
Si no hay matrimonios verdaderos, no habrá auténticas familias, y por consiguiente tampoco existirám hijos, y - consiguientemente - habrá un desplome de la batalidad m´ñas noble.
Ek fenómeno, descrito para los Estados Unidos, ya está presente en todo el mundo. Entre nosotros, ya hay más oerros que niños, en calles y plazas.
El desplome del matrimonio, una consecuencia de una verdadera deshumanización de la sociedad presente, en casi todas - o todas - las naciones, y que sufrimos actualmente, en todas las áreas de la existencia, tiene como una de sus manifestaciones la pérdida de todos los valores, y - por tanto consecutivamente - la casi real y extendida desaparición del auténtico Matrimonio, con todas sus consecuencias.
La deshumanización de la vida contemporánea, con la pérdida de valores y hasta de afectos verdaderos y serios, junto con la falta de compromiso, han conducido a las más recientes generaciones al egoismo y la total falta de compromiso, por lo que no se quiere el matrimonio, con todos sus lazos y ataduras, lo que se extiende al rechazo a la descendencia y a las obligaciones que conlleva. En otros grupos, más irresponsables, se evita el matrimonio, no hay ningún sentido de obligación y responsablidad para con los hijos, las que se dejan a la madre, y ésta - a su vez - puede elegir entre el aborto y el cuidado de la descendencia; terrible cuadro del tercer mundo.
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