Hay muchas maneras de dar testimonio de nuestra Fe. Comenzando por nuestra conducta en todo momento, el portar personalmente una insignia cristiana, como un crucififo i una cruz, por ejemplo.
No debemos tener miedo de dar testimonio de nuestra Fe. Al contrario, porque mostrar lo que somos, o lo que pretendemos ser; nos obliga a ser más leales y fieles con nuestro compromiso de ser cristianos auténticos, ya no podemos permitir que se llegue a decir, por una posible mala conducta nuestra: "así son los cristianos", o - peor - "así son los católicos".
Debemos , muy particularmente, dar testimonio de nuestra Fe, no mediante gestos "apatosos" o llamativos para sólo aparentar que somos cristianos, sino con nuestra permanente, y nada aparatosa, conducta honesta, noble, y ejemplar en todo, para que los demás se digan, con aprecio y verdadero reconocimiento "así son los cristianos, no lo sabía".
Dar testimonio de la fe en Cristo en la vida significa vivir de acuerdo con las enseñanzas de Jesús, compartir en experiencias personales cómo Cristo impactó en la propia vida, estar dispuesto a hablar con otros sobre temas espirituales, adoptar comportamientos morales y éticos, luchar contra la injustica y la desigualdad, orar y buscar la guía de Dios en las Escrituras.
La oración pública fortalece la fe personal al profundizar la conexión con Dios, inspira a otros al motivarlos a desarrollar su propia vida de oración, es una forma de evangelización al compartir la fe a través de la oración, conecta con la comunidad.
El rosario, el crucifijo y otros sacramentales, no son prendas de exhibición, nos sirven para disponernos a orar, sirven para disponernos ante la presencia de Dios. Si nos ponemos en el cuello el rosario, que sea para recordar la misericordia de Dios, que estamos bajo su protección, que nos disponga a rezar, que nos recuerde que somos cristianos y católicos, que la Virgen nos va a guiar a Cristo .
6 comentarios:
Hay muchas maneras de dar testimonio de nuestra Fe. Comenzando por nuestra conducta en todo momento, el portar personalmente una insignia cristiana, como un crucififo i una cruz, por ejemplo.
No debemos tener miedo de dar testimonio de nuestra Fe. Al contrario, porque mostrar lo que somos, o lo que pretendemos ser; nos obliga a ser más leales y fieles con nuestro compromiso de ser cristianos auténticos, ya no podemos permitir que se llegue a decir, por una posible mala conducta nuestra: "así son los cristianos", o - peor - "así son los católicos".
Debemos , muy particularmente, dar testimonio de nuestra Fe, no mediante gestos "apatosos" o llamativos para sólo aparentar que somos cristianos, sino con nuestra permanente, y nada aparatosa, conducta honesta, noble, y ejemplar en todo, para que los demás se digan, con aprecio y verdadero reconocimiento "así son los cristianos, no lo sabía".
Dar testimonio de la fe en Cristo en la vida significa vivir de acuerdo con las enseñanzas de Jesús, compartir en experiencias personales cómo Cristo impactó en la propia vida, estar dispuesto a hablar con otros sobre temas espirituales, adoptar comportamientos morales y éticos, luchar contra la injustica y la desigualdad, orar y buscar la guía de Dios en las Escrituras.
La oración pública fortalece la fe personal al profundizar la conexión con Dios, inspira a otros al motivarlos a desarrollar su propia vida de oración, es una forma de evangelización al compartir la fe a través de la oración, conecta con la comunidad.
El rosario, el crucifijo y otros sacramentales, no son prendas de exhibición, nos sirven para disponernos a orar, sirven para disponernos ante la presencia de Dios.
Si nos ponemos en el cuello el rosario, que sea para recordar la misericordia de Dios, que estamos bajo su protección, que nos disponga a rezar, que nos recuerde que somos cristianos y católicos, que la Virgen nos va a guiar a Cristo .
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