Ante su incapacidad para gobernar con alguna eficiencia reconocible por la opinión pública nacional, tanto en salud (incompetencia total sumada a la alta mortalidad, y al inhumano tratamiento a los pacientes y sus familiares que muestran cotidianamente los noticieros), como en una economía privada y en la pública destrozadas peor que después de la Guerra del Pacífico, con pésimas consecuencias en el corto y largo plazo; temeroso de su impopularidad cada vez más creciente, Vizcarra arremete contra las Clínicas privadas (que no son unas santas ni "hermanitas de la caridad") como si ellas fueran las responsables de los resultados nacionales de la epidemia, justo cuando las cifras oficiales aparentan mostrar un incremento en la disponibilidad de plazas en las Unidades de Cuidados Intensivos en todas las instituciones en manos del estado y se están recibiendo donaciones de no pocos ventiladores (que si todo esto es cierto, no harían necesarias las que están en manos privadas).Todo un gesto populista o populachero, a su medida, para hacer más daño a la opinión que del Perú se tiene dentro y fuera del país y complacer a la rojería castro-chavista. Hacer tanto daño al Perú, lo hace merecedor de la más dura censura.
Una ocasiòn más para que Vizacarra muestre la materia de que está hecho. Sin justificación alguna, salvo su fracaso en el manejo de la epidemia y de la tremenda crisis socio-económica en que está metiendo al Perú (para todo lo cual le es necesario un o más chivos expiatorios), hizo su pequeña muestra de pataleta castro-chavo-madurista (rojismo corrupto tropical andino); con todo lo cual, aparte de entusiasmar a algunos despistados velasquistas, blanquistas y mendozistas, lo que logra es preocupar a cualquier inversionista sensible sea peruano o extranjero. ¿Qué consiguió?: hacerle más daño al Perú, que es el propósito principal de todos estos enemigos del Perú.
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Ante su incapacidad para gobernar con alguna eficiencia reconocible por la opinión pública nacional, tanto en salud (incompetencia total sumada a la alta mortalidad, y al inhumano tratamiento a los pacientes y sus familiares que muestran cotidianamente los noticieros), como en una economía privada y en la pública destrozadas peor que después de la Guerra del Pacífico, con pésimas consecuencias en el corto y largo plazo; temeroso de su impopularidad cada vez más creciente, Vizcarra arremete contra las Clínicas privadas (que no son unas santas ni "hermanitas de la caridad") como si ellas fueran las responsables de los resultados nacionales de la epidemia, justo cuando las cifras oficiales aparentan mostrar un incremento en la disponibilidad de plazas en las Unidades de Cuidados Intensivos en todas las instituciones en manos del estado y se están recibiendo donaciones de no
pocos ventiladores (que si todo esto es cierto, no harían necesarias las que están en manos privadas).Todo un gesto populista o populachero, a su medida, para hacer más daño a la opinión que del Perú se tiene dentro y fuera del país y complacer a la rojería castro-chavista. Hacer tanto daño al Perú, lo hace merecedor de la más dura censura.
Una ocasiòn más para que Vizacarra muestre la materia de que está hecho. Sin justificación alguna, salvo su fracaso en el manejo de la epidemia y de la tremenda crisis socio-económica en que está metiendo al Perú (para todo lo cual le es necesario un o más chivos expiatorios), hizo su pequeña muestra de pataleta castro-chavo-madurista (rojismo corrupto tropical andino); con todo lo cual, aparte de entusiasmar a algunos despistados velasquistas, blanquistas y mendozistas, lo que logra es preocupar a cualquier inversionista sensible sea peruano o extranjero. ¿Qué consiguió?: hacerle más daño al Perú, que es el propósito principal de todos estos enemigos del Perú.
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