Creer en Dios, en su existencia, en que es el Creador del universo, en suOmnipotencia, en que puede hacer milagros portentosos, no jutifica el que pueda pensar que no deba temer un mal (o no deseado ni temido resultado ante los riesgos y peligros que la existencia nos pueda presentar: Diosnos puede, y de hecho lo hace) acompañarnos en multitud, o en todos, los momentos críticos de nuestras vidas, pero - de hecho - todos elos han sucedido, suceden y sucederán, pero Él ha estado, está y estará a nuestro lado.
Tener miedo a las circustancias y problemas que puedan surgir en nuestra vidas, él debe ser atenuado por la confianza en que Dios nos acompaña y nos caompañará siempre para poder afrontarlos, cualquiera que fuere el resultado.. Si Dios lo permite, los peligros y males propios de nuestra existencia, pudieran ser eliminados, por imposible que parezca, y puede suceder: son los milagros. Pero los milagros ocurren, no a cada mometo sino excepcionalmente, si Dios lo permite; y ello no quiere decir que Dios no nos ama.
Una de las frases más reconfortantes de Jesús está en el Evangelio de San Mateo, antes de la Ascensión: "Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo". ¿Cómo tener miedo?
El miedo a tener problemas en la vida puede ser visto como un desafío a la fe y a la confianza en la providencia divina. Las dificultades no son necesariamente indicativas de que algo está mal en el plan de Dios, sino que pueden ser oportunidades para crecer en la fe, esperanza y caridad. Además, las dificultades o cruces en la vida pueden entenderse como pruebas, sufrimientos o cargas que cada personas enfrenta, y que deben ser aceptadas como parte de seguir a Cristo. Es natural sentir temor ante las dificultades, pero confiar en el amor de Dios, a través de la oración y los sacramentos, ofrece consuelo, fortaleza y guía para superar cualquier obstáculo. La fe en Jesús, quien venció al pecado y a la muerte, puede ser una fuente de valentía y esperanza ante la adversidad.
9 comentarios:
Creer en Dios, en su existencia, en que es el Creador del universo, en suOmnipotencia, en que puede hacer milagros portentosos, no jutifica el que pueda pensar que no deba temer un mal (o no deseado ni temido resultado ante los riesgos y peligros que la existencia nos pueda presentar: Diosnos puede, y de hecho lo hace) acompañarnos en multitud, o en todos, los momentos críticos de nuestras vidas, pero - de hecho - todos elos han sucedido, suceden y sucederán, pero Él ha estado, está y estará a nuestro lado.
Tener miedo a las circustancias y problemas que puedan surgir en nuestra vidas, él debe ser atenuado por la confianza en que Dios nos acompaña y nos caompañará siempre para poder afrontarlos, cualquiera que fuere el resultado.. Si Dios lo permite, los peligros y males propios de nuestra existencia, pudieran ser eliminados, por imposible que parezca, y puede suceder: son los milagros. Pero los milagros ocurren, no a cada mometo sino excepcionalmente, si Dios lo permite; y ello no quiere decir que Dios no nos ama.
No hay que tener miedo porque Dios está con nosotros siempre, cualesquiera que sean los resultados.
Una de las frases más reconfortantes de Jesús está en el Evangelio de San Mateo, antes de la Ascensión: "Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo". ¿Cómo tener miedo?
En circunstancias difíciles, aconsejo leer y reflexionar el Salmo 91. Lo hacen los judíos.
El miedo a tener problemas en la vida puede ser visto como un desafío a la fe y a la confianza en la providencia divina.
Las dificultades no son necesariamente indicativas de que algo está mal en el plan de Dios, sino que pueden ser oportunidades para crecer en la fe, esperanza y caridad. Además, las dificultades o cruces en la vida pueden entenderse como pruebas, sufrimientos o cargas que cada personas enfrenta, y que deben ser aceptadas como parte de seguir a Cristo.
Es natural sentir temor ante las dificultades, pero confiar en el amor de Dios, a través de la oración y los sacramentos, ofrece consuelo, fortaleza y guía para superar cualquier obstáculo. La fe en Jesús, quien venció al pecado y a la muerte, puede ser una fuente de valentía y esperanza ante la adversidad.
Acudir al Espíritu Santo, ayuda a encontrar también paz, fortaleza, y dirección en medio de los desafíos de la vida.
Cierto. Sé esto mismo, en el judaismo, en circunstancias como las descritas, se recurre al Salmo 91.
Muy ilustrativos la presentación como todos los comentarios.
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